Es de sabios practicar la admiración por la naturaleza; ejercitar, no solo los sentidos físicos, también los simbólicos, y detenerse a presenciar cómo la vida se va adaptando al tiempo y al espacio. Al ver detenidamente árboles, ríos, nubes, flores, aprendemos sobre nuestra esencia cíclica y resiliente. Con esto en mente, en algunas culturas, la…