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Nochebuena: flor de navidad mexicana que alumbra al mundo entero

Algunos no lo saben, pero son nativas de México algunas de las plantas más utilizadas y queridas de todo el planeta. Contamos entre estos tesoros delicias como el maíz, la vainilla, el cacao, la calabaza y el jitomate; también el cempasúchil y, por supuesto la nochebuena: la flor de navidad 100% mexicana, que alumbra al mundo entero.

Oriunda del centro del país, la Euphorbia pulcherrima es un arbusto de 0.6 a 4 m. Aunque normalmente las conocemos por su versión de invernadero, la nochebuena silvestre crece en zonas de clima tropical a seco y sus brácteas (hojas comúnmente confundidas con pétalos) se tiñen de rojo a principios de noviembre. En realidad las flores son las pequeñas amarillas y rojas al centro de las brácteas. 

Sobre la importancia cultural de la nochebuena

Por su profundo y vibrante color rojo, las nochebuenas ya eran muy apreciadas por algunas culturas prehispánicas. En nahuatl se le llamó cuetlaxóchitl, palabra que ha sido traducida de diversas formas, pero que por los vocablos que la componen podría estar asociada con “flor marchita” y “flor de cuero”, tal vez haciendo alusión al color. 

El rojo, para la cultura mexica, era un color vital. Hay evidencia documental de que Moctezuma tenía algunos ejemplares de cuetlaxóchitl en sus jardínes botánicos; también de que la nochebuena se utilizaba durante ceremoniales o se otorgaba como trofeo.

Los mexicas ya le daban otros usos. Además del valor ritual, también se le apreciaba por sus usos medicinales y para teñir textiles. Como se refiere en fuentes como el “Códice Florentino” y en “Historia de las Plantas de Nueva España” de Francisco Hernández (citadas aquí) antiguamente el látex que se extrae de esta planta era utilizado para curar fiebres, incentivar la producción de leche materna y curar algunas afecciones de la piel (aunque no recomendamos que apliques ninguna planta medicinal sin supervisión médica).

Y aunque solo hay registro de su uso entre los antiguos nahuas, también fue nombrada por otras comunidades indígenas mexicanas. En zoque se le llama aijoyó; en zapoteco se le dice gule-tiini; en purépecha, uanipeni; lipa-que-pojua en chontal; pastushtln en totonaco, y en la lengua de Tetelcingo, Morelos, poscuaxúchitl.

De las ceremonias mexicas a las iglesias coloniales…

Como otros símbolos y tradiciones, las nochebuenas se hicieron camino a través de las tradiciones prehispánicas, hacia las fiestas de la colonia y finalmente al imaginario global.

Es posible que las primeras asociaciones de la nochebuena con la Navidad se dieron entre los siglos XVI y XVII, cuando los frailes franciscanos adornaban las iglesias con nochebuena en invierno, simbolizando la estrella de Belén y en Semana Santa y Pascua, para simbolizar la pasión de Cristo. Aún en muchas partes del país, a la nochebuena se le llama “Flor de pascuas”. 

Pero la nochebuena se transfromó en un signo internacional de la Navidad después de que el embajador de EEUU en México Joel Roberts Poinsett introdujera la planta en su país hacia 1820. 

Las “poinsettias” tuvieron un amplio éxito comercial y muy pronto fueron codiciadas en Europa y Asia. Y aunque México sigue siendo uno de los mayores productores comerciales de nochebuenas, Estados Unidos y China le siguen muy de cerca. 

Ahora las nochebuenas son más conocidas por su versión de invernadero y las increíbles variedades de colores que sus productores han logrado conseguir con el paso del tiempo. 

Sin embargo, la nochebuena nativa y silvestre que ha sido francamente opacada está sufriendo consecuencias similares a la de otros productos que México le ha regalado al mundo (como el cacao nativo, la vainilla y el cempasúchil silvestre): está en peligro. En este caso, la causa máxima es la intensa deforestación mal regulada que sufre su hábitat natural, sobre todo en el área de Taxco, en Guerrero de donde —se sabe ya con certeza— esta flor es endémica. 

Y aunque las variedades de nochebuenas de invernadero son realmente hermosas, tienen problemas que los arbustos silvestres no: las hojas se caen fácilmente, tienen poca resistencia al frío, alta vulnerabilidad a plagas, esto, como suele suceder con muchas plantas híbridas o modificadas, puede estar asociado a su baja variabilidad genética.

¿Cómo cuidar de una nochebuena?

De cualquier manera, si decides abrillantar tu casa con estas preciosas plantas durante las fiestas te hacemos algunas recomendaciones para que te duren más tiempo y estén en las mejores condiciones:

  • Es importante que no les de la luz del Sol directamente, por eso son perfectas para interiores. Estas plantas prefieren luz indirecta y sombra.
  • Debes regarlas cuando sientas que la tierra está seca, pero ten cuidado de no mojar las brácteas (hojas rojas) para que no se manchen o pierdan el color.
  • Colócalas en macetas con buen drenaje y de materiales que no retengan tanta humedad, porque son muy susceptibles a diversas enfermedades por hongos.
  • Tampoco las coloques en lugares húmedos.
  • Cuando terminen las fiestas, aplica una poda, para potenciar el incremento de follaje.
  • Recuerda que, aunque tiene la mala fama de ser tóxica y hasta mortal y, por lo tanto peligrosa para niños y mascotas, no hay evidencia revisada que compruebe esta aseveración. No te preocupes, puedes tenerla en casa sin problema. Aunque puede ser ligeramente dañina para la piel o, si se consume en grandes cantidades, irritante, sobre todo para mascotas, simplemente busca un lugar a donde éstas no tengas acceso directo.