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Icónicos y encantadores jardines en la historia de México

Sería impensable que en este, uno de los países más biodiversos del planeta, hicieran falta jardines. Sin embargo, nunca está de más continuar construyendo estos espacios de comunión entre humano y naturaleza y celebrar su existencia. Y es que, precisamente, en México podemos contar una multiplicidad de icónicos y encantadores jardines que, además, han sido cultivados y recorridos por algunos de nuestros más entrañables personajes históricos. 

En Verde Verde tomamos inspiración de estos espacios —algunos que aún florecen en bellísimos rincones de nuestro territorio y, otros, que se han perdido en el tiempo, pero que iluminan el camino de nuestros más espectaculares diseños.

El Jardín de Moctezuma

Dicen los que saben —como el arqueólogo Adid Amador Herrera— que el primer jardín etnobotánico de nuestro continente se construyó en Morelos y fue encargado por el mismísimo Moctezuma I, hacia el año 1440

El jardín se llamaba Oaxtepec y era un espacio donde los gobernantes de la época se refrescaban y aprovechaban las abundantes aguas de la zona. Además de ricos árboles frutales, en este recinto se cultivaban plantas medicinales que servían a la tradición curativa de estos antiguos mexicanos.

De aquel paraíso hecho a la medida para Moctezuma no tenemos mucho más registro que una serie de petrograbados y menciones históricas, cortesía de cronistas y conquistadores como Bernal Díaz del Castillo,  Gonzalo de Sandoval y Hernán Cortés.

Jardín Borda

El Jardín Borda es, en realidad, una antigua mansión que se encuentra en la ciudad de Cuernavaca. Originalmente fue la casa de veraneo del minero José de la Borda; pero su máximo esplendor ocurrió durante el Segundo Imperio Mexicano, cuando Maximiliano de Habsburgo y Carlota la adoptaron como su propia casa vacacional. 

La casona es un espectáculo en sí misma, pero el jardín es un testimonio vivo de la opulencia de la época: fuentes, espejos de agua y una excepcional colección de plantas y árboles nativos y exóticos. Entre los nativos destacan: la ciruela, la flor de mayo, el árbol de copal, la chaya, la nochebuena, el árbol de colorín, el guaje, el aguacate, el amate oscuro, el guayabo, la hoja santa y el zapote. Además, especies traídas de otros territorios: mango criollo, jacaranda, acelga, laurel de la India, tulipán, palma, eucalipto, café; entre otros.

La belleza de este sitio ha encantado a múltiples personajes históricos como Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, Diego Rivera y el escritor inglés, Malcolm Lowry.

Jardín de Frida Kahlo

En la obra de Frida Kahlo podemos adivinar la intensa admiración que esta artista profesaba hacia las plantas y el mundo natural; particularmente porque, en diferentes cuadros, están exquisitamente representadas las plantas nativas que adornaban su cotidianidad. 

Pero esta conexión no se quedaba en las pinturas, Frida la cultivaba muy activamente y el mejor testimonio de esto fue su jardín de la Casa Azul, en la Ciudad de México. Con los años, el jardín ha dejado de ser aquel sitio donde Frida intimaba con la flora, pero nos quedan fotografías y amplios testimonios. 

Sabemos, entonces, que además de estar plagada de curiosidades (como figuras prehispánicas, milagritos, arte colonial y algunas de sus pinturas), la colección botánica de Frida incluía bellas plantas nativas como girasoles; cempasúchil; dioscorea mexicana (una planta trepadora, típica de los jardines mexicanos); diversos cactus y biznagas; entre otras.

Las Pozas, jardín escultórico de Edward James en Xilitla

Entre las manifestaciones más osadas y memorables del surrealismo, destaca el jardín escultórico creado por el poeta británico Edward James, quien en 1947 eligió la exuberante Huasteca Potosina —específicamente el pueblo de Xilitla— como el lugar perfecto para erigir esta oda a lo onírico.

Así, en plena selva, se abre su laberinto surrealista, interrumpido por edificios des-compuestos, puertas que no llevan a sitio específico, escaleras al cielo y flores de concreto que, simultáneamente, parodian y elogian a las flores orgánicas que brotan junto a ellas.